Dejar de fumar no implica que forzosamente se vaya a engordar, pero nuestro organismo cambia en una serie de aspectos.Así, cuando se deja de fumar:
- Aumenta el estrés y la ansiedad, lo que puede conducir a comer más de lo debido o alimentos más calóricospara superarlo.
- Mejora el sentido del gusto y del olfato, con lo que se disfruta más de lo que se come.
- La digestión y el aprovechamiento de los nutrientes es más eficaz.
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