La fruta se puede comer de noche, siempre con moderación, ya que contiene azúcares simples de rápida absorción y, al consumirse
de noche, cuando uno no tiene mayor gasto de energía, estos azúcares de
la fruta se almacenarían en el cuerpo aumentando de peso. Es decir, no se debe abusar de ella por la noche porque te puede generar una subida de
azúcar en la sangre que finalmente se podría convertir en grasa. Si uno consume
frutas durante las primeras horas del día, estos hidratos son utilizados rápidamente como
energía.
En cambio si se las consume por la noche su utilización será más lenta,
porque las actividades se reducen y el metabolismo baja.