Para lograr esto, dos caminos:
- Comer alimentos ricos en proteínas, pero pobres en calorías: carnes o pescados magros, claras de huevo,queso blanco con un 0% de materia grasa.
- Sustituir las comidas habituales por una mezcla comercial de proteínas, vitaminas, minerales y otros elementos nutritivos esenciales. Estos productos se presentan habitualmente en forma de polvos, para mezclar con agua o con leche desnatada.
Si se desea probar la dieta proteica por cuenta propia, no se debería hacer durante más de una o dos semanas.