Es muy habitual aprovechar la hora de la merienda para consumir alimentos ricos en azúcares y grasas.
El objetivo de la merienda es llegar con menos hambre a la cena y permitir al organismo generar un ritmo adecuado. También supone una recarga de energía muy útil y necesaria para continuar la jornada.
Merendar es un hábito alimentario absolutamente recomendable para personas de cualquier edad, siempre y cuando, se escogan alimentos sanos como frutas, lácteos, frutos secos o cereales. Lo ideal es aprovechar la merienda para añadir nutrientes a nuestro
organismo, como vitaminas, calcio, antioxidantes, oligoelementos o
fibra, sin añadir calorías innecesarias.
Por el contrario, se recomienda moderar el consumo de alimentos calóricos o ricos en grasas saturadas y azúcares refinados.