Los chinos, además de tener una cocina muy rica en
vegetales, cereales, carnes, aderezos y sabores, generalmente, son delgados. La comida china aporta nutrientes y compuestos orgánicos que favorecen la movilización de grasas y por ende la pérdida de peso.
La dieta tradicional china se basa en el justo equilibrio entre el yin y el yang. Es una dieta muy baja en grasa, es decir, aproximadamente un 20% de la grasa animal, estos platos no son cocinados con mucho aceite y contienen gran cantidad de de frutas y vegetales. Además, el arroz es clave para mantenerse delgado.
Cada alimento sirve para equilibrar las carencias o los excesos de nuestro cuerpo.
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Alimentos yin: se consideran todos aquellos que han crecido en la oscuridad o bajo tierra (
tubérculos, zanahorias, setas...), son húmedos (
tomate, limón, pomelo, sandía...) o acuáticos (
todos los pescados, las algas...) y también los derivados del
pato, el conejo, el cerdo... -
Alimentos yang: son aquellos que, por sus características, más se asocian a sequedad, luz y claridad:
espárragos, pimientos, castañas, apio, soja, puerros, cerezas, albaricoques... pero también productos cárnicos como el pollo o el cordero, además del marisco.