Los
callos en los pies se producen por fricción o
presión reiterada sobre determinadas zonas de los pies, para defenderse
la piel comienza a engrosarse dando lugar a la formación de los molestos
y dolorosos callos.
Para eliminarlos, sigue este remedio casero:
Se corta una cebolla cruda a trocitos finos y se cuece durante cinco minutos en un vaso de vinagre de vino o de manzana.
Se deja enfriar y se cuela chafando la pulpa para sacar todo el jugo.
Por último se extrae el líquido en una botella pequeña.
Durante el día se aplica en la zona afectada dos o tres compresas,
usando algunas tiras de gasa, hasta que desaparezca la molestia.