Sus aplicaciones sobre la piel proporcionan un claro efecto rejuvenecedor y el cava por si solo -especialmente rosado- mezclado con un aromático aceite de semillas de uva, resulta un gran suavizante.
La cavaterapia cuenta con una carta de tratamientos, desde faciales a corporales, bañeras hidromasaje, envolventes e incluso rituales que combinan las acciones de diferentes variedades de uva (trepat, xarel·lo y macabeo) con cacao o pétalos de rosa.