La dieta perfecta es aquélla que posee las siguientes cualidades:
Es baja en calorías pero también equilibrada y variada.
Suministra las proporciones adecuadas de todos los nutrientes.
No prohíbe grupos de alimentos ni alimentos individuales.
No utiliza productos adelgazantes.
Tiene en cuenta los gustos y preferencias del paciente.
Respeta una alimentación tradicional y rica.
No genera ansiedad en el paciente.
Hace perder peso sin pasar hambre.