Vestidos de novia para embarazadas


El casarse estando embarazada no impide estar radiante en tu gran día.

Lo primero que se tiene que tener en cuenta a la hora de organizar la boda son los cambios que va a experimentar el cuerpo.

Opta pos los diseños sencillos ya que si lo escoges muy recargado, se te verá más gorda. Líneas puras, corte imperio y escote V son las claves para un traje bonito y, lo más importante, cómodo de llevar.

La oferta en vestidos de maternidad es grande y hay de todo para todas aquellas mujeres embarazadas que pueden ser ideales para todo tipo de mujeres en cualquier etapa del embarazo.
Una de las principales características de estos vestidos de novia es que siempre van a ser muy anchos para que la pancita pueda reposar libremente, sin necesidad de que esté muy apretada.

La prueba del maquillaje y peinado para las novias

Lo ideal es que ambas pruebas se lleven a cabo entre un mes y veinte días antes de la boda e intentar hacerla coincidir con la penúltima prueba del vestido. Estas pruebas consisten en estudiar y elaborar, con el asesoramiento de profesionales, la imagen que tu deseas proyectar en tu gran día. Y duran unas dos horas o tres.
El maquillaje profesional se realiza tras un estudio previo del rostro, se analiza y se aplica todas las correcciones necesarias obteniendo una máxima duración y un acabado perfecto.
Antes de empezar la prueba, la profesional debe enseñar a la novia fotos de peinados que ha hecho a otras novias: moños altos, recogidos, recogidos de media melena, medios recogidos, etc, y le aconsejará el estilo que a ella le parecía más adecuado, dejando siempre que la novia elija el estilo más le guste.

Tratamientos de belleza para novias

Lo normal es diseñar una agenda de belleza de acuerdo a las necesidades de la futura novia. Los tratamientos más habituales son: limpieza de cutis, peeling corporal, tratamiento anticelulítico, manicura, pedicura, depilación, hidratación premaquillaje y masaje.

Cómo evitar el pecho caído

Consejos para evitar que el pecho se caiga, sea cual sea la causa (embarazo, amamantar...):
  1. Aplicar duchas frías en la zona con frecuencia.
  2. Evitar ejercicios de impacto, como la equitación o la carrera.
  3. Utilizar sujetadores firmes, incluso para dormir.
  4. Evitar cambios bruscos de peso.
  5. No desperdiciar la ocasión de transportar objetos algo pesados, llevándolos siempre por delante, en lugar de por los lados.
  6. Realizar ejercicios de tonificación regularmente.
  7. Hidratar bien tu piel para mantenerla tersa.

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