La caspa es un proceso natural de eliminación de células muertas como resultado de un metabolismo acelerado. Se caracteriza por la presencia de partículas blancas o amarillentas que algunos médicos denominan ‘escamas’ y su presencia provoca una gran proliferación de microorganismos a su alrededor. Las partículas de caspa sólo son desagradables estéticamente y ésta es la principal razón para tratarla. Únicamente porque pueden causar problemas sociales o, psicológicamente, de autoestima.
Cuando la caspa es leve, es suficiente con utilizar champús anticaspa, pero si después de tres semanas no hay una mejora, es recomendable acudir al dermatólogo para que descarte cualquier otro tipo de enfermedad dérmica y para que prescriba un tratamiento apropiado.
Hoy día se cuenta con soluciones muy efectivas basadas en champús o lociones anticaspa con acción queratolítica, que actúan como una especie de exfoliante, estimulando el desprendimiento de las partículas de piel, rebajando la inflamación y eliminando la presencia de microorganismo. A veces, también es necesario utilizar reductores que pueden ser corticoides, derivados de la vitamina D o retinoides para mejorar la situación.
Hoy día se cuenta con soluciones muy efectivas basadas en champús o lociones anticaspa con acción queratolítica, que actúan como una especie de exfoliante, estimulando el desprendimiento de las partículas de piel, rebajando la inflamación y eliminando la presencia de microorganismo. A veces, también es necesario utilizar reductores que pueden ser corticoides, derivados de la vitamina D o retinoides para mejorar la situación.