Dependiendo del tipo de vello, la sensibilidad de la piel, y sobre todo la zona que vayamos a depilar, resulta más o menos dolorosa. También influye mucho como la realicemos, ya que podemos menguar el dolor si, por ejemplo, frotamos antes y después la zona a depilar.
Otro inconveniente es que no podemos depilar el vello corto, sino que debe tener al menos media pulgada de longitud, por lo que si necesitamos estar depilados y el vello aún es corto, este método es poco eficaz.
Si lo hacemos de forma brusca, no realizamos bien la técnica, o no utilizamos lociones post-depilatorias para cuidar la piel, puede irritarse en las siguientes horas de hacernos la cera, y los poros quedan abiertos, por lo que resultan antiestéticos y pueden llegar a infectarse. Además, pueden aparecer pelos encarnados y erupciones cutáneas si no cuidamos la zona depilada en los días siguientes.
En el caso de estar usando cremas ricas en retinol o ácido glicólico, no es recomendable este método ya que implica riesgo de dañar la piel.