Las cremas anti-acné

Son cremas para disminuir los problemas del cutis graso por la acción biológica de los extractos , y producen un efecto astringente, cicatrizante y antiinflamatorio.Son ideales para tratar acné, eczemas y dermatitis.
Se deben aplicar  mediante suaves masajes sobre la zona a tratar hasta lograr su total absorción de 1 a 2 veces por día.
 Las cremas antiacné de color también pueden ayudar a combatir los granos al tiempo que los ocultan.

El sérum facial qué es?

El sérum es un cuidador intensivo concentrado, que eleva al máximo exponente el cuidado de tu piel. Es un suero que se aplica a modo de tratamiento en toda la zona de la piel de la cara y cuello, dando suaves masajes circulares ascendentes, en el cuello, la zona del mentón, los pómulos, nariz, entrecejo y frente.
El sérum también hidratará y atenuará las bolsas bajo los ojos y las ojeras.

Puede ser un suero reafirmante, hidratante o antiarrugas. Su textura es muy agradable y se absorbe en poquísimo tiempo.Primero te aplicas el sérum y luego tu hidratante habitual. No es sustitutivo de la crema hidratante, sino complementario.

Tipos de cremas faciales

  • Cremas anti-oxidantes: ayudan a combatir los radicales libres, mejorando la textura de la piel y reparando los daños ocasionados por la polución. Las cremas a base de anti-oxidantes son recomendables para las pieles delicadas y secas. 
  • Cremas con vitamina A:  para luchar contra el acné y alisar las arrugas poco profundas.Este tipos de cremas son aconsejable para mujeres mayores de 35 años o pieles arrugadas precozmente o a partir de los 25 años para retrasar las arrugas de la piel.
  • Cremas con AHA:  recomendable para pieles gruesas o estropeada por el sol.Son excelentes como exfoliante que elimina las células muertas de la piel, hidrata y suaviza las arrugas de expresión para iluminar la tez.

¿Se engorda, inevitablemente, a partir de los 40?

Lo que ocurre es que a partir de los 40 años disminuye la velocidad del metabolismo. Esa baja comienza alrededor de los 20 años, por una gradual pérdida de tejido muscular. Ello va de la mano con la reducción de la actividad física. Si seguimos comiendo lo mismo y además reducimos la actividad física, engordaremos inevitablemente. La pérdida de masa muscular implica que el cuerpo necesita menos calorías para mantener su peso.
Por lo tanto, el exceso de calorías son guardadas en el cuerpo como grasa.

Por eso, se debe seguir haciendo ejercicio y comer de forma equilibrada.

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