¿Qué es lo fundamental para mantener un peso saludable?

  1. Lo más importante es un cambio gradual de hábitos basado tanto en la forma de comer, como en la cantidad y calidad de los alimentos. Con un  correcto equilibrio de nutrientes se asegurará tanto la prevención de enfermedades como una buena calidad de vida.
  2. Hay que evitar largos períodos de ayuno. Es aconsejable comer pequeñas porciones en forma fraccionada y con alimentos variados, ya que cada uno aporta diferentes nutrientes que el organismo necesita ir incorporando y cuya ausencia puede ocasionar una enfermedad carencial. Las consecuencias de hacer una o dos grandes comidas al día se traducen en:
- Aumento del colesterol
- Mayor tendencia a formar grasa
- Alteraciones en el metabolismo de la glucosa 
 
3. Elegir todos aquellos alimentos que sean bajos en grasa y colesterol :
- Cortes de carne magra en general
- Lácteos descremados
- Limitar el consumo de huevos, usando principalmente las claras
- Incorporar pescado en sus comidas
- Controlar los aderezos grasos (aceite, mayonesa, crema)
- Disminuir el consumo de frituras
- Reducir productos de panadería y confitería


4. Aumentar el consumo de fibra (vegetales, frutas, cereales, legumbres y panes)

5. Disminuir el consumo de azúcar. Elija como postres, yogures, frutas frescas, compotas o postres helados bajos en azúcar.

6.  Reducir el consumo de sal, (es preferible salar los alimentos después de la cocción)

7.  Beber abundante cantidad de líquidos ( si es posible hasta 2 litros por día incluyendo infusiones y caldos desgrasados)
Si se bebe alcohol hacerlo con moderación (Mujeres: 1 vaso por día, Hombres hasta 2 vasos por día)




La Dieta Quita Kilos

Sencillamente, si quiere estar en su peso idóneo, procure tomar desayunos abundantes, almuerzos completos y nutritivos y cenas muy ligeras.

Llevando esta dieta diariamente, se le proporciona al cuerpo la energía necesaria para su eficaz desempeño durante el día.

Al llegar la noche, ya no se requieren tantas energías, entonces la cena debe ser muy ligera para que permita conciliar fácilmente el sueño.

El metabolismo funciona mejor durante las primeras horas del día y luego se va desacelerando. Si se cena pesadamente, la digestión será larga y complicada y el organismo no podrá asimilar de forma correcta todos los alimentos, los cuales propicia el aumento de los depósitos de grasas que causa sobrepeso.






Los Aceites más Saludables y sus propiedades


Una fuente importante de grasas son los aceites. De ahí la necesidad de saber distinguir cuáles resultan más beneficiosos para nuestra salud o para combatir un determinado tipo de dolencia.

Aceite de aguacate: Las frutas usualmente tienen un bajo contenido de grasa(alrededor 1%). Sin embargo, el aguacate, a pesar que es considerada una fruta, contiene 24%. Esta grasa es muy parecida en su composición a la del aceite de oliva, lo cual la convierte en una muy saludable.

Aceite de semillas de calabaza: Estas semillas de calabaza son consideradas una rica fuente de proteína vegetal natural (29%) y además contienen grasas esenciales insaturadas (oleico y linoleico). El aceite extraído de las semillas resulta excelente para combatir problemas de dentadura, vejiga y próstata.

Aceite de cártamo: Parecido al aceite de sésamo. Tiene el mayor contenido en ácido linólico de todos los comestibles poliinsaturados. Se han comprobado sus efectos benéficos en la disminución del colesterol malo. Este ácido además, favorece la absorción del calcio y, por tal razón, está muy indicado en casos de osteoporosis.

Aceite de semillas de girasol: Es muy rico en ácido linoleico (64%) y vitamina E por lo cual es muy indicado para la arteriesclerosis y para equilibrar el colesterol bueno y malo. Es, igualmente, saludable para el páncreas y la vesícula. El magnesio que posee lo convierte también en un aceite indicado para enfermos de cáncer.

Aceite de lino:Tiene un elevado contenido en ácidos grasos omega 3 y vitamina F. Este aceite tiene un efecto benéfico sobre los sistemas cardiovascular, inmunitario y nervioso. Igualmente, alivia las afecciones de la piel, así como las inflamaciones articulares como la artritis.

Aceite de germen de maíz: Este aceite es muy rico en vitamina A, E, calcio y hierro que lo convierte en un buen aliado de la actividad cerebral y del sistema nervioso. Aunque su contenido en ácido oleteo le convierte en estable para cocinar, se recomienda tomarlo crudo para aprovechar mejor sus propiedades.

Aceite de onagra: El aceite de onagra contiene ganmalinolénico (8,3%), linoleico (71,5%), ácido oleico (10,9%) y palmítico (6,6%). De allí que previene el envejecimiento fisiológico, las enfermedades degenerativas, alivia los síndromes premenstrual y los síntomas de la menopausia, controla el colesterol, la arterieesclerosis y la trombosis. Es necesario para conservar en buen estado el cabello, la piel y las uñas.

Aceite de oliva: Es una fuente rica de ácido oleico (entre 74% y 80%) y, también, tiene una pequeña proporción (14%) de ácidos grasos poliinsaturados esenciales, vitamina E y otros antioxidantes. Por esta razón, protege al aparato digestivo, activa el funcionamiento del páncreas y del hígado, evita el estreñimiento y previene la hipertensión arterial.


Aceite de semillas de sésamo: Son semillas muy nutritivas y ricas en lecitina y ácidos grasos para disolver el colesterol. Igualmente, tienen fósforo, niacina y vitamina E. Por ello, su aceite beneficia el corazón, la circulación sanguínea y la oxigenación.

Aceite de soja: El aceite de soja tiene un elevado contenido en fitoestrógenos, además de ácidos grasos saturados, monoinsaturados y polinsaturados. Se asimila y digiere con facilidad. Se aconseja para nerviosos y diabéticos.




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