El Frótox es un procedimiento contra
las arrugas, en el que se utilizan
unas pequeñas agujas llamadas ‘cryoprobes’ para aplicar un frío intenso a
los nervios que atraviesan el tercio superior de la cara. El frío congela el nervio para
evitar que este reciba señales y así relajar a los músculos que causan
las arrugas. Los
efectos de este tratamiento para eliminar las arrugas son temporales, de 3 a 4 meses.
La técnica dura 15 minutos y se hace con anestesia local.
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