A partir de los 30 años, e incluso antes, se suelen presentar los siguientes signos de envejecimiento en el rostro:
- La piel empieza a perder brillo debido a que la regeneración celular y la circulación se ralentizan.
- Disminuye el colágeno y la elastina.
- Aparecen las patas de gallo, las primeras arrugas en las mejillas y en el ceño, debido a la pérdida de tersura de lapiel.
- Si ha habido una exposición al sol inadecuada, aparecen las manchas, el acné resáceo y la rotura de vasos sanguíneos.
- Debido al estrés, el embarazo, los anticonceptivos o tratamientos de fertilidad, puede derivarse una zona T grasa y acné adulto.
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