- Primera fase; aparecen unos desórdenes circulatorios que derivan en retención de líquidos (que contienen agua, grasa y toxinas).
- Segunda fase; se produce un fallo en el drenaje linfático de las células, que impide la eliminación de esta retención de líquidos y provoca alteraciones del tejido graso subcutáneo.
- Tercera fase; estas acumulaciones acaban formando nódulos donde se establecen el exceso de grasa y toxinas.
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