Si tienes una planta de aloe vera en casa, puedes obtener su jugo simplemente cortando la hoja, tanto transversal como longitudinalmente.
Puedes conservar las hojas que cojas de ella en la nevera. Aplica ese gel acuoso directamente sobre la piel, es ultra-ligero, fresco e incoloro. No quieras sacarlo de la hoja y meterlo en un tarro: mucho mejor si lo vas utilizando fresco al momento.
No te olvides de sus propiedades cicatrizantes, regeneradoras, antiinflamatorias e hidratantes.
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