Técnicas para reducir la celulitis

Hay numerosas técnicas para conseguirlo, éstas son algunas de ellas:

- LPG + Presoterapia: Es una técnica que proporciona reducción de volumen eliminando líquidos y toxinas. Se consigue aplicando un masaje con un aparato llamado LGP que ejerce presión de dentro hacia afuera, como si se aspirase la piel, otorgándola elasticidad, luminosidad y suavidad.

- Dermosonic (Ultrasonidos y Vacumterapia): Consiste en aplicar un gel conductor en la piel y a continuación desplazar un cabezal de ultrasonidos por la zona corporal a tratar durante el tiempo prefijado por el programa del Dermosonic. Transcurrido ese tiempo, se cambia de cabezal y se realiza la vacumterapia (NIST), que hace el efecto de enviar el oxígeno de dentro hacia fuera. Finalmente se aplica una crema anticelulítica o liporeductora. Con este tratamiento conseguirás remodelar tu cuerpo, reafirmar la piel ganando elasticidad, reducción de celulitis, pérdida de volumen y sentirás tus músculos relajados.

- Vela + Presoterapia: Se trata de un aparato con diferentes tipos de cabezales y se utiliza un spray específico para conseguir un buen movimiento del cabezal en dirección craneal o basándonos en direcciones musculares y circulación linfática. Este tratamiento esta especialmente indicado para personas con celulitis edematosa, retención de líquido, zonas mal vascularizadas… consiguiendo mejorar la calidad cutánea.

- ACCENT : Radiofrecuencia No Ablativo NARF: Es un tratamiento para la piel por medio de unas ondas electromagnéticas, que elevan la temperatura del tejido conjuntivo y de esta forma la producción de nuevo colágeno, corrigiendo los signos de envejecimiento y proporcionando una piel más tersa.
- Mesoterapia: A través de la mesoterapia, reducirás la celulitis y volumen, consiguiendo un efecto reafirmante. Consiste en introducir medicamentos homeopáticos inyectables por vía sub-cutánea o intradérmica.

- Masaje Manual Reafirmante: Se deja actuar una mezcla de gel y serum sobre nuestro cuerpo durante 10 minutos, luego se procede a dar un masaje que reafirma y combate el relajamiento cutáneo, prolonga y estimula la producción de fibras de colágeno y elastina, alisando y tensando la piel.

- Presoterapia: A veces se complementa con un masaje manual, pero el fin es mejorar la circulación sanguínea, favorecer el drenaje, facilitar la pérdida de volumen y eliminar toxinas a través de unas botas neumáticas que van ejerciendo presión e intervienen sobre los edemas crónicos, linfáticos o venolinfáticos.

- Tratamiento Hidratantes: Un ligero masaje con partículas exfoliantes y aceite esencial, que te exfolia, limpia e hidrata la piel.

Las propiedades de las leches vegetales

Existe una gran variedad de bebidas vegetales a base de frutos secos, cereales e incluso de una legumbre (la soja).

Estas bebidas vegetales son muy recomendables en la menopausia, y por lo general, en sustitución de la leche de vaca.

Con las leches vegetales, las digestiones son más rápidas, es buena contra alergias, colon irritable, diarrea o  estreñimiento.

La leche vegetal de soja, es rica en proteínas, tiene pocas grasas y pocas calorías. Es rica en lecitina, sustancia que nutre a los nervios y ayuda a disminuir el colesterol en la sangre. Su única desventaja es la menor proporción de calcio.

La Leche de arroz está recomendada a personas con problemas de estómago. Aporta magnesio y ácidos grasos poliinsaturados que mantienen limpia la circulación sanguínea de depósitos grasos, es hipotensora, antidiarreica y depurativa ayudando a reducir los niveles de ácido úrico en la sangre.

La Leche de avena destaca por sus ácidos grasos esenciales y su alto contenido en B1 (vitamina), hierro, manganeso y oligoelementos. Disminuye el estrés y el insomnio. También es recomendable para quién practica deporte, y personas de la tercera edad .

Leches de almendras y avellanas son más energéticas, aportando más calorías y azúcares de rápida absorción. Además son excelentes fuentes de minerales como calcio, fósforo y potasio, así como vitamina A y ácido pantoténico (vitamina B5).







El secreto de belleza de Patricia Conde

Esta presentadora y actriz, es una histérica de la limpieza facial. Ella nunca se va a la cama sin desmaquillarse a conciencia. Primero, se lava la cara con agua y jabón y luego se pone leche limpiadora y se aplica un exfoliante. Además, le encanta usar siempre mascarilla para hidratar su rostro.
Su secreto para tener siempre buena cara es una buena crema hidratante. Le encantan todos los tratamientos de Vichy. Además, es fiel al maquillaje de Kanebo y de Helena Rubinstein y a la máscara de pestañas de Chanel.

Después de lavarse el pelo, usa siempre mascarilla y aceites capilares. Por la noche, le gusta ponerse una mascarilla con una toalla con agua caliente hasta que se va a dormir.

En cuanto a la dieta, Patricia come de todo, nunca ha hecho dieta.

Eso sí, va tres o cuatro veces por semana al gimnasio.

CERVEZA SÍ, O CERVEZA NO

Llega la primavera, época de las cervecitas al final de la tarde con unas tapas de caracoles, pero las que nos cuidamos todo el año siempre nos preguntamos la siguiente cuestión: ¿Realmente engorda la cerveza?.
Según la composición nutritiva de la bebida, aporta tan sólo 90 calorías cada 200 mililitros del producto, lo que la coloca bastante por debajo de otras bebidas alcohólicas y también de los refrescos, algo que habla a las claras que su capacidad engordante no es tan pronunicada como parece.
La cerveza realmente no es tan causante de ser propensa a crear sobrepeso como se estima popularmente. De hecho, según varias investigaciones que se han realizado, se asegura que su cantidad de calorías asciende a solamente 90 cada 200 mililitros de la bebida. Con este número, se ubicaría por debajo de la gran mayoría de bebidas alcohólicas, incluso también de los refrescos gaseosos.

Haciendo un cálculo porcentual, con respecto a una dieta diaria de unas 2000 o más calorías, que es algo normal dentro de la población, un vaso de cerveza no aportaría tanta cantidad calórica como se cree. Por esto mismo es que estos estudios han derivado en afirmar que la cerveza engorda sólo cuando se lleva un estilo de vida y alimentación desordenado, que genera la clásica "barriga cervecera".

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