Lo que no hay que hacer para perder peso

  1. Intentar perder peso con tratamientos farmacológicos sin registro oficial.
  2. Seguir un tratamiento si no especifica su composición cuantitativa y cualitativa.
  3. Utilizar fórmulas magistrales (cápsulas milagrosas), en las que se mezclan diferentes compuestos como hormona tiroidea, diuréticos, anfetaminas, laxantes, cola de caballo, etc. El gran éxito de estos productos es que prometen pérdida de peso sin necesidad de someterse a una dieta. Sus peligros para la salud son evidentes: depresiones, psicosis, cuadros de ansiedad, hipertensión, arritmias cardiacas, fibrosis renal, tirotoxicosis etc. Actualmente están prohibidas por ley las asociaciones de dos o más principios activos para tratar la obesidad, así como los extractos de órganos o glándulas de origen humano o animal.
  4. La hormona tiroidea no sirve para tratar la obesidad y, además, favorece el consumo de proteínas y disminuye el calcio óseo, acelerando la osteoporosis.
  5. El uso de gonadotrofinas, diuréticos y laxantes no tienen ninguna indicación en el tratamiento de la obesidad.
  6. Hay que desconfiar de los tratamientos que prometen grandes resultados sin esfuerzo o sin dieta.
  7. Alejarse de las dietas que prometen rápidas pérdidas de peso, ya que la mayoría de estas dietas lo hacen a costa del agua corporal y la masa muscular, y no de la grasa como en realidad debería ser.

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